sábado, 27 de febrero de 2010

Justificada Duda

Dudo de la duda justificada. Nos llenamos de palabras y argumentos que solo esconden bajo la sombra los propios miedos. Allí nos quedamos, a mitad de camino, con nuestros sueños hechos neblina, la garganta acongojada y el pecho cerrado a la experiencia y al coraje que honra la vida. Por eso si dudo, dudo y sin justificarme sigo explorándome para reencontrar nuevamente mi esencia y entonces ella volverá a ser mi guía hacia el claro sendero de mis más íntimos anhelos.

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